Este riesgo es especialmente relevante en profesionales como los conductores de camiones, ya que, además de estar más horas al volante, registran niveles superiores a los de la población general en cuanto a obesidad y vida sedentaria, lo que provoca que sufran con más frecuencia problemas de insomnio o de SAOS. Paralelamente, otros estudios demuestran que las personas con un buen control médico de este síndrome ven reducido prácticamente desde el primer día el riesgo de somnolencia diurna y, por tanto, también el de accidente de tráfico.
El SAOS afecta aproximadamente al 5% de la población –unas 375.000 personas en Cataluña–, pero sólo entre un 10-30% están correctamente diagnosticadas y tratadas. Carme Monasterio, responsable de la Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB), explica que el SAOS «está aumentando en las sociedades desarrolladas en la medida que también aumenta la obesidad, con la que está estrechamente relacionada». Afirma también que el infradiagnóstico de esta enfermedad «es especialmente grave en grupos de riesgo con enfermedades crónicas que se pueden agravar con una apnea obstructiva del sueño, como son la cardiopatía isquémica, la hipertensión o la diabetes». Es por ello que la Unidad del Hospital de Bellvitge realiza una importante labor de investigación. Una de sus aportaciones científicas más recientes ha sido establecer el papel principal de la apnea del sueño, con independencia de otros factores como la obesidad, incluso en las personas con obesidad extrema, en la incidencia del síndrome metabólico (conjunción en una persona de una serie de alteraciones que incluyen hipertensión, azúcar, colesterol y triglicéridos elevados que, en su conjunto, predicen un alto riesgo de enfermedad cardiovascular).
Una apnea consiste en repetidas interrupciones de la respiración durante el sueño, ge¬ne-ralmente de diez o más segundos. El tipo más frecuente es la apnea obstructiva, cau¬sa¬da por la relajación de los tejidos blandos de la parte posterior de la garganta que blo¬quea el paso del aire. Es más frecuente en hombres, si bien últimamente se ha demos¬tra¬do que la incidencia en mujeres es superior a la que se pensaba. Además de provocar som¬nolencia diurna, este trastorno incrementa la mortalidad por otras pato¬logías, principalmente enfermedades cardiovasculares. Recientemente, investigadores catalanes han descubierto una posible asociación entre SAOS y el aumento del riesgo de muerte por cáncer.
Si los tratamientos conservadores como cambios en el estilo de vida o en las posturas para dormir no son suficientes, el tratamiento estándar es la presión positiva continua de la vía aérea (CPAP, por sus siglas en inglés), consistente en conectarse, durante las horas de sueño, a una máscara con un tubo y un aparato emisor de aire a presión que mantiene abierta la vía aérea. En ocasiones, se pueden aplica.r procedimientos quirúrgicos para extirpar tejidos que permitan ampliar la vía aérea. Ene ste sentido, Monasterio afirma que «aunque la CPAP es un tratamiento muy efectivo para controlar la enfermedad, tiene el inconveniente de que no la cura y hay que mantenerlo toda la vida». En realidad, añade, «el tratamiento ideal cuando hay obesidad es la pérdida de peso, pero esto es difícil de conseguir para muchas personas».
Cuando hay obesidad extrema, la solución es la cirugía bariátrica. La Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño trata también de este trastorno a los pacientes con obesidad mórbida candidatos a someterse a cirugía bariátrica. Aunque la práctica totalidad de estas personas padecen SAOS, en la mayoría no presentan síntomas. Un 80% se curan del SAOS tras la pérdida de peso.
La Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño del HUB se puso en marcha en 1994 y se amplió en 2006 con la incorporación de nuevos profesionales médicos y de enfermería y la apertura de unas instalaciones más amplias y confortables con nuevos equipamientos y mejoras técnicas. Está acreditada como unidad especializada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y el Comité Español de Acreditación en Medicina del Sueño (CEAMS). Atiende cada año a unos 800 nuevos pacientes de SAOS y controla a unos 5.000 pacientes con presión positiva continua en la vía aérea en todo el territorio del que es centro de referencia, con la colaboración de los profesionales asistenciales de la Atención Primaria.
En este sentido, la Unidad ha establecido unos circuitos de formación y de colaboración con la Atención Primaria que incluyen la organización periódica de jornadas de formación y la puesta en marcha de canales permanentes de contacto con los profesionales referentes de este ámbito en el territorio. La Dra. Monasterio explica que “en una enfermedad tan prevalente como esta, la colaboración con los profesionales de la atención primaria es fundamental”. La Unidad trata también otras enfermedades relacionadas con el sueño, como son las apneas centrales, el insomnio, la narcolepsia o trastornos relacionados con enfermedades neuromusculares, entre otros.