La guía se basa en el enfoque innovador de introducir un indicador clínico para recomendar la prueba del VIH en todos los sistemas sanitarios para aumentar la detección del VIH en una fase temprana de la enfermedad y reducir el nivel de infección no diagnosticada. Se trata de la primera vez que se publica en Europa un documento basado en este enfoque.
Respecto a las principales conclusiones del documento, Josep Maria Gatell, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona y miembro de la Plataforma VIH en Europa, destaca que la guía aconseja la realización de la prueba del VIH en cualquier persona sin diagnóstico de VIH confirmado que presente condiciones definitorias de SIDA y en cualquier paciente con una enfermedad cuya prevalencia sea mayor del uno por 1.000 en el diagnóstico oculto de VIH y en aquellos indicadores en que no identificar la presencia de VIH puede tener importantes implicaciones adversas para el paciente.
La Plataforma VIH en Europa ha considerado fundamental desarrollar un documento dirigido a los profesionales sanitarios, incluyendo especialidades médicas en las que la pruebas del VIH no puede llevarse a cabo como parte de la atención médica estándar para pacientes con ciertas afecciones. En este sentido Santiago Moreno, coordinador de la Plataforma VIH en España, considera «la evidencia clínica y los estudios de coste eficacia nos indican que existen beneficios importantes para diagnosticar el VIH en una etapa temprana y, por lo tanto, el diagnóstico precoz debe ser una estrategia clave para la salud pública».
Además, en opinión de Moreno, «a través de esta guía el sistema sanitario español tiene una oportunidad única de poder controlar las cifras de la infección por VIH en nuestro país si estos indicadores se incluyen en la historia clínica del paciente. Se trata de una potente herramienta de detección de nuevos diagnósticos y de mejora de la calidad asistencial».
Estrategias de evaluación
Hasta la fecha, las estrategias de evaluación han estado dirigidas a las poblaciones con mayor riesgo de contraer el VIH. Sin embargo, este nuevo enfoque se basa en la metodología desarrollada por el estudio HIDES (Indicadores de VIH en Europa- por sus siglas en inglés) que documenta los indicadores con una prevalencia mayor del uno por 1.000 en el diagnóstico oculto del VIH.
Al respecto, Gatell explica que estos exámenes de rutina para los indicadores con una prevalencia del VIH mayor del uno por mil han demostrado ser rentables y tienen el potencial necesario para incrementar el diagnóstico precoz del VIH, un hecho que conduce a mayores oportunidades para la atención y el tratamiento.
De hecho, estudios recientes demuestran la viabilidad y la aceptación de la introducción de indicadores clínicos de VIH para recomendar la prueba como parte de la atención de rutina, pero la guía, además, examina desafíos en su implementación. Así, los expertos también consideran que para extender la prueba de VIH en el entorno sanitario son necesarias garantías de calidad y mejora de los protocolos, adaptándolos a las necesidades específicas para asegurar que la prueba se realiza de manera estándar, eficiente y ética. De esta forma, se contribuiría a los esfuerzos actuales para desestigmatizar la prueba del VIH .
Datos sobre el diagnóstico tardío en España y en Europa
A pesar de los avances y el mayor conocimiento de la infección, cada año se diagnostican alrededor de 4.000 casos de nuevas infecciones en España, la mayoría de ellas recientes. De hecho, se calcula que entre 130.000 y 150.000 personas padecen VIH en España, el 30% de las cuales desconoce su estado serológico. Gran parte de las nuevas transmisiones se pueden atribuir pueden a este porcentaje de personas infectadas no diagnosticadas. La tasa de diagnóstico tardío se sitúa en el 46% de los casos.
Aproximadamente 2,3 millones de personas son VIH positivas en Europa. De ellas, se calcula que una de cada tres desconoce su estado serológico. Una cifra que se sitúa entre 700.000 y 900.000 personas. Este desconocimiento es la causa principal de las elevadas tasas de diagnóstico tardío y un factor clave en la transmisión de la infección en el continente.
En Europa Occidental entre el 45 y 50% de los nuevos diagnósticos de personas VIH positivas se detecta tarde, y por lo tanto, los pacientes también acceden al tratamiento más tarde de lo recomendable, es decir, con un recuento de CD4 <350 células/μl. Además, el diagnóstico tardío se asocia con una peor respuesta al tratamiento, mayores gastos sanitarios y un aumento de las tasas de transmisión.