«Hay muy pocos servicios de Alergia ubicados en Hospitales de nivel 3, que se encuentran concentrados en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Pamplona y Málaga», asegura Marcel Íbero, presidente de la SEICAP. «En otras capitales de provincia encontramos Unidades de Alergia Pediátrica ubicadas dentro del Servicio de Pediatría, la mayoría de ellas con dotación precaria de personal y medios. Y tenemos algunas comunidades autónomas (Castilla y León, Castilla La Mancha, Andalucía, Extremadura...) sin Unidades de Alergia Pediátrica en algunas de sus capitales de provincia», añade.
Por su parte, los pacientes observan que debido a la falta de alergólogos pediátricos «el tiempo que pasa entre que el niño visita al pediatra y después llega a la consulta del especialista es muy largo, con lo que el diagnóstico tarda mucho en llegar», asegura Pilar Muñoz González, presidenta de la Asociación Española de Alérgicos a Alimentos y Látex (AEPNAA). Según ella, el diagnóstico puede tener un retraso de varios meses.
En el caso de las alergias alimentarias y a látex, es más complicado pues no siempre lleva consigo una reacción respiratoria. «Los niños que sufren reacciones alérgicas por un alimento, sobre todo por ingestión o contacto, lo tienen todavía más complicado, sobre todo cuando las reacciones son digestivas o sistémicas, porque los pediatras en principio en muchos casos suelen tomarlo como una reacción adversa. Por lo que lo envían al gastroenterólogo y/o a otros especialistas hasta que finalmente se llega al alergólogo pediátrico», añade la presidenta de AEPNAA.