La administración de dosis altas de la planta ginseng americano (Panax quinquefolius) durante el transcurso de más de dos meses redujo el cansancio propio de los pacientes de cáncer mejor que el placebo, según un estudio dirigido por la Clínica Mayo (Estados Unidos). El 60% de los pacientes estudiados padecía de cáncer de mama. Los resultados se presentaron en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica.
Los científicos estudiaron a 340 pacientes que habían terminado el tratamiento para el cáncer o se encontraban recibiéndolo en alguno de los 40 centros médicos comunitarios. Diariamente los participantes recibían placebo o 2.000 miligramos de ginseng, administrados mediante una cápsula que contenía la raíz pura y molida del ginseng americano.
«El ginseng que se adquiere en las tiendas a veces es procesado con etanol, y eso puede darle propiedades similares a las del estrógeno que podrían ser nocivas para las pacientes con cáncer de mama», comenta Debra Barton, del Centro Oncológico de la Clínica Mayo.
La comparación de ambos grupos hacia la cuarta semana mostró que el ginseng puro solamente ofrecía una ligera mejoría en los síntomas de cansancio; sin embargo, hacia la octava semana los pacientes que tomaban ginseng presentaban una mejoría importante en el estado de extenuación general. «Después de ocho semanas, se observó una mejoría de 20 puntos en el cansancio de los pacientes de cáncer, medido con una escala normalizada de 100 puntos», dice Barton. La planta no mostró efectos secundarios obvios, añade la doctora.
La medicina china tradicional ha estudiado mucho el ginseng como fortalecedor de la energía natural. Los efectos de esta planta contra el cansancio debilitante, presente en hasta el 90% de los pacientes de cáncer, no se habían analizado hasta el presente estudio. El cansancio en los pacientes de cáncer se ha vinculado al aumento en las citocinas inflamatorias del sistema inmunológico, y a la mala regulación de los niveles de la hormona del estrés, el cortisol. Los ingredientes activos del ginseng se conocen como ginsenósidos, y en estudios animales demostraron que disminuyen las citocinas por inflamación y ayudan a regular los niveles de cortisol.
El siguiente estudio de Barton será observar estrechamente los efectos del ginseng sobre los biomarcadores específicos del cansancio. «El cáncer constituye una experiencia prolongada de estrés crónico, cuyos efectos pueden durar hasta 10 años después del diagnóstico y tratamiento», comenta. «Si con el ginseng se logra mejorar la modulación del cuerpo durante todo el tratamiento, podría también ser factible evitar el cansancio a largo plazo».