La Unidad de Alergia del Servicio de Pneumología y Alergia Respiratoria del Hospital Clínic de Barcelona ha elaborado un estudio coordinado por el alergólogo y miembro de SEPAR, Joan Bartra, en el que se muestra la relación entre el asma alérgica y la alergia alimentaria. Dicho estudio fue presentado en una ponencia del programa de sesiones de la XXII Reunión de Invierno Conjunta de las Áreas de SEPAR en Zaragoza, el pasado mes de febrero.
La rinitis y el asma alérgicas, causadas principalmente por pólenes y ácaros, afectan a un 15-25% de la población española. De los pacientes que sufren rinitis alérgica, el 51,9% están sensibilizados al polen y el 40% a ácaros, mientras que a su vez el 44% de los pacientes asmáticos están sensibilizados a polen y el 40% a ácaros. Su importancia queda patente, pero toma más relevancia cuando la alergia respiratoria puede ser causa o consecuencia de una alergia alimentaria (a alimentos vegetales en el caso de la polinosis o de alergia al marisco en el caso de la rinitis o el asma por ácaros) o aún más, cuando es causante directo de una inflamación en el esófago, estómago y/o intestino (lo que se denomina alergia digestiva).
Los datos presentados revelan que en la población española se estima que entre un 30 y un 60% de los pacientes polínicos presentan alergia a alimentos vegetales. La ponencia destacó otro punto de relación remarcable, la rinitis y asma por ácaros y alergia alimentaria a marisco.
La alergia a marisco y fundamentalmente a crustáceos es la segunda causa de alergia alimentaría en adultos en nuestro país. Una parte importante de los pacientes con alergia a marisco presentan a su vez una alergia respiratoria por ácaros. Dicha asociación se explica por el hecho de que tanto en los ácaros como en el marisco existen proteínas, como es el caso de la tropomiosina, que presentan una alta homología en su secuencia aminoacídica. «La vía de sensibilización a la tropomiosina puede ser tanto la digestiva como la respiratoria, siendo los ácaros la principal fuente de sensibilización por vía respiratoria y el origen de la posterior alergia alimentaria. Estableciendo así una interrelación de la vía respiratoria con posibilidad de extenderse también a la digestiva», comenta Joan Bartra, miembro de SEPAR.
Asimismo, investigaciones que ha liderado o en la que ha participado Joan Bartra, señalan que los alérgenos respiratorios pueden ser los agentes que induzcan una sensibilización primaria por vía inhalatoria y secundariamente aparecer la alergia a aquellos alimentos que posean alérgenos comunes, o bien que los alérgenos de alimentos inducen una sensibilización por vía digestiva y a la vez son los responsables de una alergia respiratoria también por un fenómeno de reactividad cruzada. Una vez establecida la relación existente entre la polinosis y la alergia a alimentos vegetales a partir de proteínas homólogas, es fácil comprender las diferentes asociaciones de pólenes y alimentos vegetales que se producen, como por ejemplo, el síndrome abedul y alimentos vegetales.
En el centro y norte de Europa se estima que el polen de abedul supone un 20% de la alergia al polen aproximadamente. Un 70% de los pacientes con alergia respiratoria por polen de abedul presentan una alergia alimentaria a alimentos vegetales, como las avellanas, el apio o la zanahoria. Debido a que el factor desencadenante inicial es la sensibilización por vía inhalatoria a polen de abedul, el síndrome se restringe a áreas con una importante polinización por este tipo de árbol. En el caso de España, en zonas con una alta carga de polen de plátano de sombra, más del 50% de los pacientes con rinitis y/o asma por dicho polen presentan una alergia alimentaria a alimentos vegetales tales como el melocotón, la lechuga y/o la avellana entre otros, mientras que en zonas con una alta carga de polen de gramíneas la alergia a alimentos vegetales, tales como el melón o el melocotón, asociada a alergia respiratoria por gramíneas también es muy prevalente. Por tanto, según Bartra, se podría afirmar que el patrón de la alergia a alimentos depende tanto de los hábitos dietéticos de la población de una determinada área, como de los aeroalérgenos responsables de alergia respiratoria existentes en la misma.
Si se analiza la interrelación entre el sistema respiratorio y el aparato digestivo a partir de pacientes con inflamación "alérgica" (patrón Th2 o mixto) del tubo digestivo, excluyéndose alérgenos alimentarios como responsables, se demuestra también una cierta conexión entre ambas vías al justificarse dicha inflamación por la exposición a aeroalérgenos. El 60%-80% de los pacientes con esofagitis eosinofílica presentan una rinitis/asma alérgica por aeroalérgenos, sin alergia alimentaria asociada en un 40-50% de éstos, correlacionándose en algún caso los episodios de empeoramiento de la esofagitis eosinofílica con la polinosis. El que la enfermedad alérgica sea una reacción inflamatoria sistémica con afectación de algunos órganos diana, podría justificar parte de esta interrelación entre el tracto respiratorio y el digestivo más allá de la reactividad cruzada entre proteínas homólogas presentes en alérgenos inhalantes y en al