Recientemente ha sido presentada en la OMC la Guía de Recomendaciones para la Práctica Clínica, que persigue establecer una base para que el estudiante de medicina pueda desarrollar sus prácticas clínicas con una herramienta que le permita desarrollar los valores éticos y humanos de la profesión. La guía ha sido elaborada por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), que ha contado con la colaboración de la Organización Médica Colegial, la Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina y del profesor de la Universidad de Zaragoza Rogelio Altisent, experto en ética médica
A través de sus distintas secciones, la Guía ahonda en los valores y actitudes que el estudiante debe manejar de cara al paciente, los principios de la bioética o el establecimiento de un criterio ético ante una caso concreto. En el texto se da respuesta a cuestiones clave tales como ¿Por qué guardar secreto?, ¿Por qué el médico siempre tiene que estar dispuesto a rendir cuentas? ¿Por qué todo lo que se le recomienda al paciente a de ser al mejor precio? o ¿Por qué afloran ciertos sentimientos ante la situación de cada paciente?, por poner sólo unos ejemplos.
El presidente del CEEM, Íñigo Noriega, describe la Guía como «un texto sencillo y accesible al estudiante que pueda ser útil a la hora de afrontar situaciones concretas en sus prácticas clínicas». La intención del CEEM en este sentido es, como explicó su presidente, «presentar este texto en las Facultades de Medicina, a través de las Delegaciones de Alumnos para que pueda contar con la máxima difusión posible y asimismo con todo el feedback que estudiantes y profesionales puedan aportar.
El profesor de Bioética de la Universidad de Zaragoza y experto en ética médica, el doctor Rogelio Altisent, quien ha colaborado estrechamente con el CEEM en la elaboración de este documento, se centró en uno de los valores que aporta esta Guía para los futuros médicos como es «comprometerse con un estilo ético de comportamiento. Son los propios estudiantes quienes se exigen a sí mismos una serie de actitudes y pautas de conducta como resultado de su propia responsabilidad, tras estudiar y reflexionar sobre lo que la sociedad y la profesión espera de quienes se están preparando para ejercer la Medicina dentro de pocos años».
Por otra parte, como resaltó Altisent, «la evidencia científica es muy importante para hacer buena medicina, pero estaríamos desorientados si dejamos de cultivar las cualidades humanas que deben definir a los buenos profesionales. Los estudiantes están, por tanto, en la vanguardia de este pensamiento».