La revista científica The New England Journal of Medicine publica, por primera vez en el mundo, los resultados de un estudio comparativo entre la prueba de sangre oculta en heces (modelo europeo) y un examen directo del interior del colon mediante colonoscopia (modelo americano) para la detección precoz del cáncer de colon. Un total de 60.000 personas de ocho comunidades autónomas españolas (Aragón, Canarias, Cataluña, Galicia, Madrid, Murcia, País Vasco, y Valencia) han participado durante cuatro años en el proyecto, co-financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, a través del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, y la Asociación Española Contra el Cáncer (aecc). El trabajo ha sido liderado por Antoni Castells, director del Instituto de Enfermedades Digestivas del Hospital Clínic de Barcelona, y coordinador del Programa de Detección Precoz de Cáncer de Colon y Recto de Barcelona, y Enrique Quintero, jefe del servicio de Digestivo Complejo Hospitalario Universitario de Canarias, en Tenerife.
Mediante un diseño pragmático, en el que se adjudicaba de forma aleatoria a todos los participantes en el estudio una de las dos pruebas de detección precoz con el fin de valorar cuál es la que se acepta mejor y con la que se obtiene un mayor rendimiento, la investigación concluye lo siguiente: la participación es superior en la prueba de sangre oculta en heces (34%) que en la colonoscopia (25%). Además, 1.600 personas solicitaron cambiar la colonoscopia -exploración que debe efectuarse cada 10 años- por el test de detección de sangre oculta en heces –prueba no invasiva y que se realiza cada 2 años-. Más importante aún, el número de cánceres detectados con ambos métodos fue idéntico, hallándose la mayoría en una fase inicial de su desarrollo. Por último, las complicaciones que se observaron fueron mínimas en ambos grupos, aunque inferiores con la prueba de sangre oculta en heces.
«Los métodos actuales de detección de sangre oculta en heces son tan sensibles que permiten detectar los mismos cánceres que encontraríamos con la colonoscopia y más de la mitad de las lesiones precursoras –los pólipos adenomatosos– en una única prueba», ha declarado Quintero.
«El objetivo último de nuestro estudio es conocer el beneficio de ambas pruebas en la supervivencia de los pacientes, un efecto que no podremos saber hasta dentro de 10 años, cuando finalice el mismo», ha comentado Castells.
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Programas de cribado en España
En España, el cáncer colorrectal representa el tercero en frecuencia en los hombres -detrás del cáncer de pulmón y próstata-, y el segundo en las mujeres, detrás del de mama. Con alrededor de 28.000 nuevos casos al año si se tienen en cuenta ambos sexos, el cáncer de colon y recto representa el tipo de cáncer más frecuente en nuestro país. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 65 y los 75 años, con un máximo a los 70, aunque se registran casos desde los 35-40 años. Los casos que aparecen a edades tempranas suelen tener una predisposición genética.
Cataluña, Valencia, Murcia, Canarias, País Vasco, Cantabria, Extremadura, Castilla León y La Rioja cuentan con programas de cribado dirigidos a su población de referencia para detectar de forma precoz el cáncer colorrectal. El programa consiste en la realización de una prueba que detecta la sangre en heces no visible a simple vista, así como la atención individualizada a las personas con un riesgo incrementado de padecer este cáncer en función de sus antecedentes familiares y personales.
Una de cada 20 personas tendrá un cáncer de colon o recto a lo largo de su vida. Los programas de cribado tienen como principal objetivo detectar precozmente o, mejor aún, prevenir la aparición del cáncer de colon, y reducir así la mortalidad que de él se deriva. Si se detecta a tiempo, es muy fácil de tratar y las probabilidades de curación son muy elevadas. Se trata de un tumor que no suele causar ninguna molestia hasta que la enfermedad está muy avanzada, de ahí la importancia de efectuar pruebas preventivas en personas sin síntomas. Además, es aconsejable mantener unos hábitos saludables como son no abusar del alcohol y el tabaco, hacer ejercicio y mantener una dieta equilibrada.
El diagnóstico precoz, entre las mujeres y los hombres de 50 a 69 años sin antecedentes personales o familiares de cáncer, consistirá en recoger una pequeña muestra de heces, que posteriormente se analizará para saber si hay sangre no visible a simple vista.
Obtener un resultado negativo en la prueba indica que es muy poco probable que tenga cáncer de colon, aunque no es exacto al 100%. Por ello, se recomienda repetir la prueba cada dos años y consultar al médico si se tienen molestias. En cambio, si el resultado es positivo será porque ha encontrado indicios de sangre. La presencia de sangre no implica, la mayoría de veces, tener cáncer, sino que suele ser debido a una lesión benigna, como los pólipos. La recomendación en estos casos es efectuar una exploración del interior del intestino mediante una colonoscopia, la cual se realiza con sedación y cuyo riesgo de complicaciones es muy bajo.
A las personas con un riesgo incrementado de padecer un cáncer de colon en función de su historia familiar y/o personal, la realización periódica de una colonoscopia suele ser la estrategia más adecuada, mientras que en algunas ocasiones es necesario efectuar análisis genéticos para evaluar más cuidadosamente su riesgo y el de sus familiares.