Esta semana se ha presentado el libro Equipos con Emoción, una obra colectiva que ha contado con la colaboración de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), responsables de los distritos sanitarios de las capitales de la provincia, profesionales sanitarios de sus centros de atención primaria, expertos del trabajo en equipo, el Servicio Andaluz de Salud y con el patrocinio de Novartis.
En palabras de Joan Carles March, editor de la obra, «el libro tiene dos objetivos principales: en primer lugar, dar visibilidad a las herramientas que existen para medir el clima en los equipos y por tanto para ayudar a mejorarlo. Y en segundo lugar, demostrar que es en los equipos, en los centros de salud, en las unidades de gestión clínica, donde se cuece el trabajo de las organizaciones sanitarias, por lo que es en ellas donde hay que hacer un esfuerzo para mejorarlas, cambiarlas y conseguir una mayor implicación de los profesionales».
Hablando de la importancia de los equipos en el ámbito sanitario, Joan Carles March destaca que «la sanidad se convierte en una empresa con doble humanismo, donde el clima emocional afecta a la motivación y a la satisfacción del trabajador, y la satisfacción de éste influye en la calidad de la atención que recibe el paciente». Y añade que «un equipo como una unidad de gestión clínica vale por dos cuando en él se contagia emoción, confianza y compromiso».
A partir de la realización del estudio CLIMAP, Clima emocional en Atención Primaria, este libro recoge la consolidación del clima emocional como un campo decisivo en el ámbito de las unidades clínicas en los centros sanitarios de Andalucía, ya que puede ayudar a mejorar la satisfacción laboral y la calidad asistencial.
Este libro define con claridad cuáles son las claves para crear un equipo de trabajo eficaz. Según ha determinado Joan Carles March, «un buen equipo se crea con buenas relaciones interprofesionales, reconocimiento del saber de cada profesional y un proyecto claro de equipo, junto a un buen líder, un factor clave que además tiene la comunicación como una herramienta básica y necesaria». Teniendo en cuenta que el grupo necesita de un liderazgo, el editor expone que «un líder de equipo debe saber jugar con ciertos verbos clave, como son preguntar, escuchar, reforzar, empatizar y retroalimentar».