Un riesgo caro
Los comportamientos violentos, en cualquiera de sus manifestaciones, pueden suponer un importante riesgo para la salud, tanto de los profesionales como de los pacientes. Además, la violencia laboral genera unos costes directos en las organizaciones a través del absentismo, las rotaciones o las bajas, y unos costes indirectos, como efectos en la motivación y en la implicación de los profesionales, descensos en su rendimiento y, en conjunto, efectos en la competitividad de la institución. Por estos motivos, Helena Ris considera que «es fundamental dotar a los centros sanitarios de medidas que les permitan prevenir actuaciones violentas de cualquier tipo y darles pautas de actuación en caso de que se produzcan».
La guía de prevención elaborada por La Unió quiere contribuir a que todos los centros sanitarios, en especial aquellos que tienen políticas menos maduras en este aspecto, puedan articular actuaciones orientadas a prevenir, tratar, gestionar, minimizar y evitar las consecuencias de la violencia dirigida los profesionales de la salud en su lugar de trabajo.
Esta guía, realizada por una comisión de expertos del sector, dibuja diferentes situaciones de violencia o incidentes en los que puede estar implicado un profesional (agresiones físicas, verbales o psicológicas) y establece tres protocolos orientados a prevenir, detectar y hacer frente a posibles situaciones de violencia procedente de usuarios hacia profesionales, actuar ante una situación de agresión verbal y/o física entre trabajadores o de acoso entre el personal del centro. Estos protocolos están diseñados a partir del estándar de una institución sanitaria jerarquizada y que cuente con una estructura de mando, una dirección de recursos humanos y un servicio de prevención. Los protocolos se acompañan de una serie de recomendaciones comunes a las diferentes situaciones descritas.
La guía se distribuirá entre las entidades asociadas y ya está disponible en la página web de La Unió (www.uch.cat).