El sedentarismo asociado al aumento de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares es un problema de salud en auge. Existe evidencia sobre la asociación entre un estilo de vida sedentario y la cardiopatía isquémica, así como sobre el efecto protector de la actividad física. Las guías clínicas recomiendan realizar 30 minutos de actividad física moderada 5 días a la semana o bien 20 minutos de actividad vigorosa 3 días por semana. No existen estudios que relacionen simultáneamente las características de la función cardiopulmonar, la bioquímica y la antropometría en la población inactiva. Por este motivo, los autores de este trabajo se propusieron investigar la relación y el grado de contribución entre la función cardiopulmonar, la bioquímica y la antropometría en los pacientes inactivos atendidos en centros de atención primaria.
Para ello llevaron a cabo un estudio experimental trasversal analítico en el que incluyeron a 150 sujetos inactivos que no realizaban una actividad física moderada de 30 minutos al menos 5 veces por semana. Los participantes debían tener tres o más factores de riesgo cardiovascular: hipertensión arterial, tabaquismo, hipercolesterolemia, antecedentes familiares de episodio cardiaco sufrido antes de los 55 años en varones o antes de los 65 en mujeres, diabetes insulino-dependiente y obesidad. Las variables recogidas se dividieron en datos antropométricos, función cardiopulmonar y datos bioquímicos. Entre los datos antropométricos se recogieron el peso, la talla, el índice de masa corporal y el porcentaje de grasa corporal calculado mediante pliegues cutáneos. Para la evaluación de la función cardiopulmonar se realizó una prueba de esfuerzo en tapiz rodante (presión arterial y frecuencia cardiaca máxima) y una espirometría (valores de capacidad vital forzada [FVC], volumen espiratorio máximo en el primer segundo [FEV1] e índice FEV1/FVC). En cuanto al análisis bioquímico, se incluyeron los siguientes valores: hematíes, glucosa, creatina cinasa (CK), triglicéridos, colesterol total, colesterol HDL y colesterol LDL.
De los 150 sujetos evaluados, el 60% eran mujeres, con una edad media de 62,4 años. La media de peso fue de 82,9 kg y el porcentaje graso del 25,4%. En cuanto a la prueba de esfuerzo, la frecuencia cardiaca en reposo fue de 77,7 lpm y la máxima alcanzada fue de 133,6 lpm. En el análisis bioquímico se hallaron las siguientes medias: glucosa 124,2 mg/dL; CK 16,5 U/L; triglicéridos 171,1 mg/dL, colesterol total 224,8 mg/dL, colesterol HDL 50,25 mg/dL y colesterol LDL 127,6 mg/dL. Se analizaron las relaciones significativas entre las variables que presentaban una distribución normal, encontrándose una relación positiva significativa entre el porcentaje graso y el colesterol HDL, así como entre la FVC y las CK. Por otro lado, se observó una relación positiva moderada entre el porcentaje graso y la FVC, y una relación negativa moderada entre el porcentaje graso y el FEV1. La respuesta cardiaca al final de la prueba de esfuerzo máxima se relacionó con el FEV1.
Con estos resultados, los autores concluyen que las relaciones significativas de carácter débil constatadas en la población estudiada revelan la necesidad de seguir buscando estrategias para aumentar la actividad física en las personas sedentarias y fomentar que se mantengan estilos de vida saludables.
Martín-Valero R, Cuesta-Vargas AI, Labajos-Manzanares MT. Correlaciones entre los valores cardiopulmonares, bioquímicos y antropométricos en personas inactivas en Atención Primaria. Rehabilitación. 2013; 47: 125-130.